Hay un antes y un después del Brexit. Lo hay para la población europea en general y para los directamente implicados: los británicos que residen en España –unos 300.000, la mitad de ellos en la Costa del Sol- y los españoles que residen en el Reino Unido. También para las empresas de uno y otro lugar.

Los interrogantes que se abren de aquí a dos años –periodo en el que asentará todo el proceso que conlleva la aplicación del Brexit- se han planteado hoy en las jornadas que, bajo el título de ‘El Brexit y Gibraltar. Un reto con oportunidades conjuntas’, se celebran hoy en el Rectorado, organizadas por la Universidad de Málaga, el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Escuela Diplomática de España.

Ya es un hito que tres instituciones que representan la academia, la política y la diplomacia coincidan para tratar en profundidad un asunto que en un futuro muy próximo afectará a tantas personas. Y lo han hecho con la participación de expertos en Derecho Internacional Público y embajadas. La catedrática de la UMA Magdalena Martín es la directora de las jornadas, en colaboración con José Martín y Pérez de Nanclares, de la Universidad de Salamanca.

El objetivo es reflexionar en voz alta sobre la situación en que quedará la Unión Europea desde la perspectiva de las Naciones Unidas, la casuística especial de Gibraltar y la situación de las personas físicas y jurídicas (empresas) radicadas en el Reino Unido y en España.

Las jornadas han sido inauguradas hoy en un acto al que han acudido, entre otros, el rector de la UMA, José Ángel Narváez; la catedrática de Derecho Internacional Público Magdalena Martín y Enrique Viguera Rubio, embajador-director de la Escuela Diplomática.

Más de un centenar de personas acuden a las distintas charlas que se suceden en el Rectorado. Magdalena Martín ha hecho hincapié en la importancia de esta cita, ya que con el Brexit “se abre un camino que nunca antes se había transitado, por lo que nuestro objetivo es reflexionar para facilitar la toma de decisiones”.

Tanto el rector como el director de la Escuela Diplomática han coincidido en asegurar que la Universidad “es el lugar apropiado para hacer este tipo de debates”, al que acuden personas de primer nivel en Derecho Internacional.