Cuatro grupos de trabajo integrados por alumnos de distintas Ingenierías, Arquitectura, Ciencias y Ciencias de la Comunicación y Turismo, han participado hoy en la elaboración de varios proyectos destinados a construir en este último centro una ‘isla verde’, un espacio de encuentro, estudio y esparcimiento destinado a los estudiantes en el que prime la funcionalidad y el respeto al medio ambiente.

Este primer taller de trabajo se incluye en el proyecto global de desarrollo de ‘Islas y sendas  verdes’ del vicerrectorado de Smart Campus, que prevé el diseño y construcción a medio plazo de una zona de estas características en todos los centros de la Universidad de Málaga. Las islas se distribuirán en las proximidades de las facultades, escuelas y aularios, y proporcionarán estancias adaptadas a los requerimientos topográficos de los centros.

El proyecto ha comenzado en Ciencias de la Comunicación y Turismo, pero continuará de forma progresiva y continua por todo el campus de Teatinos. Los grupos de trabajo de hoy han estado compuestos por alumnos de Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Productos, Ingeniería de la Energía, Ingeniería de Sistemas de Telecomunicación, Ciencias y Arquitectura, todos ellos dirigidos por profesores de varias titulaciones.

Previamente se hizo un trabajo de campo consistente en repartir encuestas dirigidas a estudiantes de Comunicación y Turismo en las que estos indicaban sus preferencias y anunciaban sus necesidades, dado que uno de los objetivos de las islas verdes es conseguir la identificación de los usuarios con el espacio proyectado.

Los trabajos se discutirán al final de la jornada de hoy y entre el 2 y el 5 de mayo se seleccionará la propuesta ganadora. Posteriormente el grupo ganador redactará el proyecto básico, que será revisado por el equipo técnico del vicerrectorado de Smart Campus. Se espera que la obra comience en verano.

En concreto, en el caso de Ciencias de la Comunicación, la senda verde irá desde la cafetería de la Facultad hasta el aulario Isabel Oyarzábal. El espacio deberá ser accesible para personas con dificultades motrices y su diseño tendrá en cuenta la optimización de su mantenimiento, que habrá de ser ecológico, funcional y tecnológico.

La isla verde quedará conectada con las edificaciones adyacentes a través de sendas verdes provistas de protección solar. Dispondrá de sensores inteligentes que permitan reconocer el grado de temperatura, humedad, luminosidad y ocupación. Estará dotada de conexiones inalámbricas. En definitiva, la isla debe constituir un especio público vivo y confortable, integrado en el entorno circundante y que vincule el uso de la tecnología a las necesidades sociales y ambientales.

Por ello, incluirá una zona de relax para lecturas o tertulias y un área de comedor relacionada con la cafetería. Se ampliarán también las zonas de sombra, para potenciar la confortabilidad de los espacios.