El Concurso del Kilo que, como todos los años, organizan los estudiantes de la Facultad de Medicina, ha recaudado de nuevo más de dos toneladas de alimentos que, en esta ocasión, irán destinados a la asociación Cottolengo.

Diecisiete años de historia avalan ya esta iniciativa, que comienza con la recopilación de la comida y culmina con un espectáculo consistente en la congregación de alumnos y profesores en un aula en la que se suceden pruebas, actuaciones y proyecciones de video llenas de humor.

El concurso del Kilo comenzó, en sus inicios, como una actividad impulsada por la Pastoral de Medicina. Año tras año llena a rebosar el aula, en la que se divide a los asistentes en dos equipos, a los que se les desafía a realizar algunas pruebas para ganar.

Actualmente, el formato mantiene la pieza central esencial de los retos a los docentes. Este año, por ejemplo, el tema central eran los superhéroes –con disfraces aportados por la empresa de animación ‘Sport is live’-, y se han realizado juegos como el Tabú, ‘Lo sabe o no lo sabe’ o el ‘Bottle Flip Challenge’. Para guardar la costumbre, a todo ello se le añade un espectáculo audiovisual con vídeos, parodias, doblajes falsos de películas o de entrevistas a profesores.

Este despliegue se lleva a cabo por alumnos de segundo a sexto curso, sin necesidad de que pertenezcan a alguna asociación del centro. La Tuna pone su toque de color, mientras que la entrada para presenciar el espectáculo consiste en un kilo de comida. Se trata del acceso estándar, aunque para  incentivar la recogida se ofrecen entradas especiales de primera fila para los que aporten más alimentos.



Cabe destacar que casi todos los asistentes entregan entre tres y cinco kilos, e incluso productos de especial necesidad para las familias malagueñas, tales como leche para bebés, alimentos sin gluten, etc... Este año se pedía especialmente café conservas, leche y aceite.

Además del objetivo benéfico, esta jornada de Medicina destaca por la integración y la convivencia de la comunidad universitaria del centro, en una velada que concluye con risas y, sobre todo, solidaridad.