Los primeros resultados de las excavaciones en el Cerro del Villar evidencian un posible entramado urbano ‘aterrazado’
Los trabajos arqueológicos desarrollados por la UMA en el yacimiento malagueño dejan ver muros fenicios a distintas alturas y niveles
Categoría: Investigación, portada
Los primeros resultados obtenidos de las excavaciones que la Universidad de Málaga ha liderado en el yacimiento fenicio del Cerro del Villar dejan ver muros de grandes dimensiones a diferentes alturas y niveles, organizados de forma descendiente, hacia los límites de la ‘isla’, en el antiguo delta conformado por el río Guadalhorce, que evidencian un posible entramado urbano ‘aterrazado’.
“No nos esperábamos que las primeras estructuras fenicias estuvieran tan accesibles y superficiales, a solo 40 o 50 centímetros del nivel del suelo”, señala el investigador del Departamento de Ciencias Históricas de la UMA José Suárez, que ha dirigido las excavaciones, finalizadas el pasado 23 de septiembre, tras cuatro semanas de intenso trabajo.
Los análisis previos de prospecciones geoarqueológicas, geofísicas y geomagnéticas realizados por la UMA en el Cerro del Villar, que fueron presentados en el Rectorado en verano, ya mostraron este yacimiento, ubicado en el entorno del Paraje Natural de la desembocadura del río Guadalhorce -de unas 9 hectáreas de longitud, unos 4,5 accesibles-, como uno de los sitios fenicios arcaicos mejor conservados del Extremo Occidente del Mediterráneo.
“Partíamos de que encontraríamos muchas estructuras fenicias y muy bien definidas y conservadas, pero los resultados han superado, sin duda, todas las expectativas. Aquí todo es un descubrimiento”, explica el profesor, que añade que por el momento se han analizado unos 350 metros cuadrados.
Restos arqueológicos de hace unos 2.700 años
Ya se han recuperado piezas de cerámica fenicia, griega y etrusca del siglo VI a.C., posibles contenedores de salazones y vino; y se han delimitado los primeros caminos, así como muros de más de medio metro de ancho, que podrían identificarse como habitaciones, en las que se ve claramente cómo las partes más altas del asentamiento se comunican con las más bajas.
También se han documentado restos arqueológicos de hace unos 2.700 años, que atestiguan las actividades cotidianas realizadas en este asentamiento, origen de la ciudad de Málaga. Destaca un trozo de ánfora de vino procedente de Extremo Oriente, del siglo VII a.C., la parte de un horno doméstico para la elaboración de tortas de pan o enseres relacionados con las prácticas pesqueras como pesas de red de plomo y restos de comida, en concreto moluscos marinos.
Arqueólogos descubren restos de moluscos consumidos -ostras, almejas o coquinas- , que podrían ser evidencias de una posible mariscada de la época
“Tenemos indicios para creer que también podría conservarse restos de un embarcadero e, incluso, testimonios de temporales marinos e inundaciones fluviales”, asegura Suárez.
Finalizadas las excavaciones, que se retomarán en agosto de 2023, el objetivo ahora es estudiar todos los hallazgos, en busca de aportar información sobre los espacios correctos para implementar, en el futuro, caminos que faciliten su acceso ante una potencial puesta en valor del yacimiento para su visita.
Proyecto interdisciplinar e internacional
Bajo el nombre ‘Cerro del Villar: naturaleza y temporalidad del proyecto territorial fenicio arcaico en la bahía de Málaga (2022-2025)’, este Proyecto General de Investigación Arqueológica ha sido autorizado por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía.
La iniciativa, de carácter interdisciplinar e internacional, está liderada por investigadores de diversas áreas de conocimiento del Departamento de Ciencias Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras, y gestionada desde el Vicerrectorado de Proyección Social y Comunicación. Cuenta, además, con la subvención económica del área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga.
El alcade de Málaga y el rector de la UMA, junto a otros representantes institucionales, en una visita al yacimiento durante las excavaciones
Se trata de un proyecto de cuatro años, ampliable a seis, liderado por un equipo de la UMA de unas 30 personas, bajo la coordinación del profesor José Suárez. Asimismo, participan investigadores de carácter internacional de máximo prestigio.