Un estudio analiza la apreciación que tienen los universitarios sobre la educación económico financiera
La Universidad de Málaga colabora en este trabajo, realizado por la Fundación Contea y AECA, a través del departamento de Finanzas y Contabilidad
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El último estudio de Fundación Contea y Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA) “Importancia de la educación económico-financiera en alumnos de primer curso de Administración de Empresas” revela que los nuevos universitarios aprecian como más importante el control de sus gastos y la gestión de su presupuesto que el consumo inteligente y responsable o el ahorro, entre otros aspectos analizados.
El estudio cuenta con la participación de 1.350 estudiantes del grado y doble grado de Administración y Dirección de Empresas, de seis universidades españolas, Málaga, Autónoma de Madrid, Extremadura, Cádiz, Politécnica de Valencia, y León). La UMA participa en este trabajo a través del departamento de Finanzas y Contabilidad.
Este trabajo analiza la apreciación y relevancia que tiene la Educación Económico Financiera (EEF) para los alumnos y su aplicación práctica en su vida personal, en conceptos como los ingresos, el gasto, ahorro, inversión o digitalización, entre otros, en un contexto del que las organizaciones internacionales (OCDE, UE) reclaman a los gobiernos mejores políticas educativas sobre economía y finanzas ante el entorno financiero cada vez más complejo.
Entre los resultados más destacados, se revela que los nuevos universitarios perciben el “consumo inteligente, responsable, saludable, ético, sostenible y solidario” como el aspecto menos importante de su EEF, de entre los nueves bloques consultados, con una media de 3,71 (escala 1 al 5).
El trabajo, que también ha valorado otras variables como género, edad o ingresos propios, desvela que las mujeres perciben más importante la Educación Económico Financiera que los hombres, para emprender, tomar decisiones financieras o ser cumplidor con el dinero prestado, y que a mayor edad aumenta la percepción de importancia hacia la educación financiera.
En el caso de los ingresos, los encuestados indican como “indiferente” la afirmación de “la formación que poseo me permite utilizar bien mis ingresos”, aunque por encima de la media. Sin embargo, y con los valores más altos, sí indican que querrían contar con ingresos para viajar o para asumir gastos habituales.
En cuanto a los gastos, el total de alumnos reconocen la importancia de la organización de sus gastos y el uso racional del consumo como los aspectos más importantes en cuanto al gasto. Por otro lado, con el valor de media más bajo, los alumnos aprecian como “indiferente” el tener en cuenta los gastos identificados en el presupuesto.
En lo que se refiere al presupuesto, los nuevos universitarios reconocen en casi todos los aspectos la gran importancia de, por ejemplo, contar con reserva de dinero ante previstos e imprevistos o conocer sus ingresos y gastos.
Por otro lado, en ahorro se destacan la respuesta de “indiferente” (Media - 3) ante la afirmación de “la formación que tengo me permite hacer un buen uso de mis ahorros”, así como el “desacuerdo” (Media – 2) ante la afirmación de ahorrar para ayudar a colectivos desfavorecidos.
En cuanto a inversión, los encuestados reconocen conocer el concepto de rentabilidad y el riesgo que se asume sobre el dinero ahorrado a cambio de ganar más, sin embargo, la diversificación de la inversión o el conocimiento sobre distintas alternativas recogen de media los valores más bajos dentro del rango de “indiferente”.
En el bloque de seguridad financiera los alumnos están de acuerdo en que el ahorro aporta seguridad financiera. Sin embargo, no reconocen decididamente (Media – 3) que la ausencia de deuda también procura seguridad financiera.
En el apartado de percepciones en torno a las entidades financieras y digitalización los estudiantes reconocen ampliamente como importante este bloque, sobre todo los servicios habituales como las retiradas de efectivo en cajeros o el uso de cuentas para nóminas, destacando la preocupación por la ciberseguridad. Entre los valores más bajos, se encuentran el conocimiento sobre la rentabilidad de las cuentas bancarias o el uso de criptomonedas.
Finalmente, los estudiantes reconocen con más importancia el consumo inteligente relacionado con la calidad y precio. Por otro lado, los nuevos universitarios valoran de forma más baja la preferencia de consumir teniendo en cuenta la conservación del medio ambiente.