Un investigador del departamento de Geografía de la Universidad de Málaga ha presentado una metodología para mejorar la predicción de las inundaciones en el litoral mediterráneo. El trabajo, desarrollado por Antonio Gallegos durante cinco años y que le ha valido la obtención del grado de doctor 'cum laude' por su tesis doctoral, se apoya en los últimos avances tecnológicos de análisis territorial, en cambios conceptuales y en las novedades normativas que se han producido en Europa en los últimos años.

Según ha explicado el investigador, la nueva técnica de cálculo se fundamenta en la incorporación de los residuos sólidos al flujo de inundación y tiene en cuenta otros peligros asociados como los deslizamientos de laderas o el arrastre de restos vegetales.

Gallegos señala que la idea es estudiar las inundaciones “no como un hecho sectorial aislado, sino como un proceso territorial en el que influyen otros peligros asociados y condicionantes”.

Además, el autor del trabajo considera imprescindible incorporar las exigencias de la ley andaluza de aguas y de la ley estatal de evaluación y gestión del riesgo de inundación mediante propuestas concretas.
E
ntre estas exigencias cita la necesidad de tener en cuenta las zonas con alto contenido de sedimentos transportados o las instalaciones potencialmente contaminantes.

El investigador argumenta que en los últimos decenios, al amparo del mal llamado ‘desarrollismo’ económico, y de manera muy relevante en el litoral mediterráneo, se ha incrementado la aparición de “patrones territoriales y urbanísticos agresivos”, lo que ha supuesto un aumento de los riesgos inducidos.

Entre las características asociadas a estos patrones figuran la invasión y estrechamiento de cauces, la creación de obras transversales de paso, la eliminación de la vegetación de ribera, o la impermeabilización del suelo.

Las avenidas e inundaciones son un fenómeno muy recurrente en el litoral mediterráneo, donde a veces tienen consecuencias catastróficas, como las acaecidas a principios del siglo XX en la ciudad de Málaga y las riadas de octubre de 1973 en la costa granadina, levante almeriense y sur de Murcia, que dejaron 300 muertos
En los últimos 20 años, destacan las inundaciones que afectaron a municipios del Guadalhorce en Málaga en 1989, y posteriormente entre diciembre de 1995 y febrero de 1998, así como las ocurridas en la localidad malagueña de Rincón de la Victoria en abril de 2004 y Almuñécar (Granada) en septiembre de 2007.

En septiembre de 2012, las lluvias ocasionaron riadas en el Valle del Guadalhorce y en el levante almeriense, donde dejaron seis víctimas mortales y cuantiosos daños materiales, y hace dos semanas cuatro personas fallecieron a consecuencia de la tromba caída en Albuñol (Granada).