El paro es, según las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), uno de los motivos de mayor preocupación para los españoles. Además de la tasa de desempleo coyuntural, agravada tras la crisis económica que comenzó en 2008, España cuenta con una de las tasas estructurales más altas con respecto a la media de los países de la Unión Europea. Teniendo en cuenta el impacto psicológico que la pérdida de trabajo puede conllevar en la vida de una persona, Lourdes Rey, Natalio Extremera y Maria Ángeles Peláez, expertos de la Universidad de Málaga, han desarrollado una investigación para analizar si los síntomas psicológicos que pueden manifestarse tras la pérdida de un trabajo están condicionados por el déficit en la percepción de apoyo social y la falta de recursos personales.

El estudio, ‘Linking Social Support to Psychological Distress in the Unemployed: The Moderating Role of Core-Self Evaluations’, publicado en Social Indicator Research, una revista de gran impacto en el campo de las ciencias sociales, analiza esta presunta relación existente entre el apoyo social, los rasgos centrales de la personalidad y diferentes indicadores de salud mental (como ansiedad, depresión o estrés) en una muestra en adultos desempleados españoles.

“Estos rasgos centrales de la personalidad –explica Lourdes Rey, investigadora de la UMA– se entienden como autoevaluaciones que las personas hacen de sí mismas y de su funcionamiento en el ambiente. Por ello, determinar qué grado de importancia tienen estos rasgos en los diferentes indicadores de salud es otro de los objetivos de la investigación, así como comprobar si ambas variables en conjunto implican una mejor predicción de dichos indicadores".

Como predecían las hipótesis, los datos establecen una relación entre el apoyo social y los rasgos centrales de la personalidad y la disminución de síntomas de estrés, depresión y ansiedad en los adultos desempleados. Independientemente del efecto que estos dos elementos puedan tener sobre los indicadores de salud mental por separado, juntos predicen mejor la presencia de estos síntomas psicológicos. Los recursos contextuales y personales descritos por la investigación pueden ser, como explica Rey, particularmente relevantes para conducir la reducción de la angustia psicológica durante la etapa de desempleo.

Para la muestra, los investigadores han escogido a 658 adultos españoles desempleados, de los que finalmente participaron 613; 294 hombres y 319 mujeres. La escala utilizada en el estudio para medir el apoyo de los amigos, los conocidos y los familiares fue la Multidimensional Scale of Perceived Social Support, en la que estos tres elementos se puntúan en escalas de 1 al 7. Para medir los rasgos centrales de la personalidad, se utilizó la escala Core Self-Evaluation, que evalúa las dimensiones de locus de control, autoeficacia, autoestima y neuroticismo. Por último, los aspectos psicológicos (dimensiones de estrés, ansiedad y depresión) fueron tratados con la escala Depression Anxiety Stres Scale-21 (DASS-21).

A pesar de las aproximaciones a la materia realizadas con anterioridad por diversos expertos, los datos empíricos arrojados gracias a la inclusión de ambas variables pueden ser utilizados para mejorar de forma notable los cursos de formación dirigidos a los desempleados y para provocar que en la práctica clínica no solo se fomente tener una buena red de apoyo social para la búsqueda de empleo, sino también adecuadas autoevaluaciones del desempleado sobre su funcionamiento en el entorno.

 

8-01-2015