Investigadores de la Universidad de Málaga han publicado un artículo en la prestigiosa revista Scientific Reports que se fundamenta en la vinculación entre la malnutrición de los seres humanos y la sobreexplotación de carne silvestre en las selvas tropicales, concluyendo que el uso racional de los recursos cinegéticos en estas zonas ayuda a garantizar la salud alimentaria de las personas.
 
‘Disentangling the relative effects of bushmeat availability on human nutrition in central Africa’ es el título del trabajo que ha publicado el grupo de Biogeografía, Biodiversidad y Conservación de la UMA, que desde hace unos años colabora con el Imperial College de Londres (concretamente con el profesor John E. Fa), y con el Center for International Forestry Research (CIFOR) a través del director de su programa de bosques y medio ambiente, el doctor Robert Nasi.

Esta colaboración se inició con la estancia que el profesor Juan Mario Vargas, del Departamento de Biología Animal, realizó en 2010 en la Durrell Wildlife Conservation Trust de Reino Unido, donde coincidió con el profesor John E. Fa. A raíz de entonces, con el Profesor Fa y con el CIFOR se elaboran varios proyectos de gran importancia a escala mundial, que implican al grupo de Biogeografía, principalmente a los profesores J. Mario Vargas y Raimundo Real, y a los doctores Jesús Olivero, Miguel Ángel Farfán, Ana Luz Márquez y Jesús Duarte.

El trabajo publicado en Scientific Reports es la base para proyectos de gran relevancia ambiental y social. Se centra en la diversidad zoológica y la nutrición humana en los bosques de África y tiene en cuenta que durante miles de años los habitantes de la cuenca del Congo han subsistido gracias a la caza, que constituye -hasta hoy- una fuente importante de nutrientes esenciales para las poblaciones rurales del África central.

Riesgo del ébola
Sin embargo, la sobreexplotación de la fauna pone en riesgo la conservación de numerosas especies de alto valor para sus ecosistemas y la propia sostenibilidad de las poblaciones humanas, que tiene su máximo exponente negativo en la transmisión de la fiebre hemorrágica del Ébola, un riesgo asociado al manejo de la carne silvestre para la alimentación.

El trabajo de los investigadores de la UMA aporta a esta problemática el análisis de las relaciones espaciales entre la disponibilidad de carne silvestre y la malnutrición infantil y, mantiene como referencia constante la sostenibilidad de la caza cuando es ejercida sobre diferentes poblaciones animales.

Del análisis realizado, se desprende que la malnutrición infantil es mayor en los márgenes del bosque que en las zonas interiores de la selva. De hecho, los resultados muestran que las áreas más remotas del bosque son capaces de mantener, en niveles razonables, la salud alimentaria de las poblaciones humanas que allí habitan, debido, sobre todo, a la lejanía de los grandes asentamientos humanos. En estas zonas, la diversidad de especies es alta, pero su sostenibilidad ante la caza es muy vulnerable debido a la posibilidad de un eventual incremento de la explotación. Por tanto, los datos obtenidos señalan que la protección del bosque ha de ser prioritaria en las zonas centrales de las selvas lluviosas, en beneficio tanto de la conservación de la naturaleza como de los seres humanos que subsisten gracias a ella.

Presión sobre la población animal
Como contraste, las sabanas arboladas de los márgenes de los bosques, densamente pobladas, soportan una gran presión sobre las poblaciones animales, consecuencia de una situación socio-económica que además favorece la malnutrición. Los resultados del estudio muestran, sin embargo, que el uso racional de los recursos cinegéticos en estas zonas puede contribuir a paliar las carencias alimentarias de las personas.

La consecuencia más inmediata del estudio publicado en Scientific Reports debería incitar a los gobiernos regionales a incluir la práctica cinegética como recurso necesario y a tenerla en cuenta en las políticas de conservación del medio ambiente. “La selva más profunda puede mantener la seguridad alimentaria de los cazadores-recolectores, a condición de que las concentraciones humanas se mantengan en niveles bajos”, indican los investigadores, que añaden que “la adecuada nutrición humana, apoyada por la caza, es también posible en las zonas rurales de los alrededores de la selva”, si bien advierten de que “la sostenibilidad del recurso colapsa cerca de las áreas urbanas, donde la malnutrición infantil presenta sus niveles más altos”.

Investigaciones internacionales
La colaboración del Grupo de Biogeografía, Biodiversidad y Conservación de la Universidad de Málaga, inicialmente con la Fundación Durrell y actualmente con el Center for International Forestry Research, Imperial College de Londres y la Universidad de Mánchester, supone el acceso a financiación competitiva para proyectos de investigación enormemente atractivos, según señalan los investigadores, así como la conexión de científicos de Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Indonesia y Camerún, entre otros países.



Prueba de ello es el contrato para la modelación de los factores ecológicos y geográficos que afectan a la distribución del ébola en los bosques tropicales de África, que actualmente se están llevando a cabo en la Universidad de Málaga.

Artículo completo del Scientific Reports