El debate entre herencia cultural y genética abre las tertulias del ‘beer for science’
El doctor Antonio Flores dio a conocer las principales claves sobre el tema a partir de su línea de investigación centrada en la adaptación de microalgas en medios adversos
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Ayer tuvo lugar la primera de las tertulias del cuarto programa ‘Beer for Science’, una iniciativa organizada por el Servicio de Publicaciones y Divulgación Científica de la Universidad de Málaga que trata de divulgar los avances en investigación y ciencia en el ambiente distendido de una cervecería.
Como en anteriores ediciones la Cervecería Molly Malone’s Teatinos ha sido el lugar elegido para el evento. El primer encuentro ha corrido a cargo del doctor Antonio Moya Flores, catedrático del Departamento de Biología Vegetal y decano de la Facultad de Ciencias, que arrojó luz sobre cuánto de lo que es un ser vivo se debe a los genes y cuánto a lo adquirido.
El profesor Moya inició su intervención haciendo un breve recorrido por los planteamientos que racionalistas y empiristas defendieron en sus tesis en relación a la evolución y a la adaptación del ser vivo. Tesis sobre lo que más tarde la biología ha podido fundamentar que “seguramente somos producto de ambos procesos: de lo genéticamente heredado y de lo adquirido en el ambiente”, señaló el investigador.
En este sentido, el profesor puso como ejemplo casos como el del conejo del Himalaya. Este roedor tiene zonas de pelaje negro y otras de blanco en función de la temperatura de su hábitat. “Es una forma muy clara de detectar cómo el genotipo, modificado por la influencia del ambiente, ha derivado en un cambio evidente en el fenotipo”. De igual manera ocurre con otras especies como la hortensia, que varía su tonalidad en función del Ph. Con esto enlaza el concepto de heredabilidad a la hora de determinar cuánto de lo que observamos en un ser vivo tiene base genética o es fruto de la influencia ambiental. Tal es el caso de cierto tipo de enfermedades, como la celiaquía, o, por el contrario, de cánceres como el de pulmón, provocado en un alto porcentaje las ocasiones por patologías adquiridas como el tabaquismo.
Por otro lado, aunque el paradigma actual de la biología evolutiva se basa en la teoría neordawinista, postulada para organismos diploides y con reproducción sexual; muchos de los organismos más importantes de la biosfera son haploides, carecen de reproducción sexual y se establecen en conjunto de clones, además de organizarse en poblaciones muy nutridas. “Los microorganismos (haploides) son el sustento de la vida en nuestro planeta aunque, añadió Flores Moya, el sustrato de la evolución biológica es la variabilidad genética de las poblaciones, por lo que en el caso de estos organismos, que carecen de reproducción sexual, la única fuente de variabilidad genética son las mutaciones”.
El último tramo de la tertulia se centró en la investigación desarrollada su grupo ‘Biodiversidad, conservación y recursos vegetales’ sobre mecanismos adaptativos que permiten sobrevivir a microalgas y a cianobacterias en medios extremos. En este sentido, el profesor Flores puso de manifiesto con varios ejemplos la forma en que estos organismos logran adaptar su morfología para sobrevivir en medios naturales extremos, como es el caso del río Tinto o las aguas termales de la isla italiana de Vulcano.
Tras esta sesión, la iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, tiene programadas dos nuevas citas: el próximo 17 de noviembre, bajo el título ‘Los intangibles, un factor diferencial en el éxito empresarial y social’, presentada por el investigador José Ignacio Peláez Sánchez, del Departamento de Lenguajes y Ciencias de la Computación; y el 1 de diciembre, con el tema “Aventuras y desventuras en redes sociales”; a cargo de la doctora María Sánchez González, del Departamento de Periodismo.