Medalla de la ciudad a título póstumo para el profesor Alejandro Rodríguez Carrión
Numerosas personalidades de la política, las instituciones y la Universidad asisten al acto
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El Pleno del Ayuntamiento de Málaga, reunido esta tarde en sesión extraordinaria, le ha concedido la Medalla de la Ciudad, así como el reconocimiento de Hijo Adoptivo a título póstumo al profesor Alejandro Rodríguez Carrión, catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad de Málaga, quien falleció el 13 de mayo de 2009.
El acto contó con la asistencia de numerosas personalidades del Derecho, las instituciones, la política y la Universidad, con la rectora, Adelaida de la Calle, a la cabeza. Todos ellos presenciaron una emocionante ceremonia en la que los portavoces municipales glosaron la figura de Rodríguez Carrión y recordaron la importancia de su trabajo tanto para el Derecho propiamente dicho como para los derechos humanos.
Cabe recordar que el que fuera decano de la Facultad de Derecho de Málaga era un firme defensor de los estudios para la paz, un eminente jurista en Derecho Internacional y un humanista en el más amplio sentido de la palabra.
Con esta distinción, concedida a resultas de una moción institucional que fue aprobada por unanimidad, se quiere reconocer la labor realizada por el profesor Rodríguez Carrión, su influencia en la vida académica y social de la ciudad y la proyección nacional e internacional que le dio a Málaga en el ejercicio de su actividad.
Tanto la Medalla como el título de Hijo Adoptivo fue recogido por uno de los hijos de Alejandro Rodríguez Carrión, Alejandro Rodríguez Leiva.
Asistieron al acto, entre otros amigos, compañeros y ex alumnos del profesor, Bernardino León Gross, enviado especial de la Unión Europea para el Sur del Mediterráneo; el ex alcalde Pedro Aparicio; el ex rector José María Martín Delgado; el presidente del Consejo de la Abogacía Europea, José María Davó; el decano de la Facultad de Derecho, Juan Jesús Hinojosa, y un representante del pueblo saharaui, tan cercano a la faceta activista del homenajeado.
El recordado catedrático de Derecho Internacional Público, poco amigo de los homenajes, da su nombre a la glorieta situada a la entrada a la ciudad universitaria, en el Campus de Teatinos, justo frente a su querida Facultad, cuya biblioteca lleva también su nombre.