La Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga acogió un encuentro con la periodista y escritora Nativel Preciado, una actividad organizada por la Fundación General de la UMA y el MAF (Málaga de Festival).

Aunque Nativel Preciado ha sido testigo y ha narrado muchos de los hitos históricos de España, las reglas para hacer un periodismo de calidad no han cambiado. Así, la premiada periodista reivindicó las pautas fundamentales para desarrollar esta profesión con calidad: la rigurosidad y el contraste de la información y las fuentes.  Una frase de la protagonista, referente del periodismo político español, resume parte de su charla: “Una sociedad no se puede llamar democrática si no existe un periodismo libre”.

Otra voz femenina realizó la entrevista a Preciado, Esther Luque, periodista de la Cadena Ser en Málaga. Ambas dedicaron unas palabras a la importancia del trabajo y la visión de las mujeres comunicadoras. “Cuando se consiguió la igualdad de derechos legales de la mujer bajamos la guardia y eso no puede ser porque el poder es insaciable y hay que ser críticas y cuidar la democracia cada día”, afirmó la escritora de “Hagamos memoria”.

El acto fue presentado por la decana de la Facultad, Inmaculada Postigo; el director académico del Área de Investigación, Empleo y Empresa de la FGUMA, Antonio María Lara, y la gestora cultural Cristina Consuegra, en representación del MAF.

Preciado y Luque hicieron un recorrido en el tiempo y contaron anécdotas vividas con algunos de los políticos más influyentes del país, también elogiaron el papel de la prensa española en la transición hacia la democracia: “La sociedad civil fue protagonista para alcanzar la libertad”, afirmó Preciado. “El periodista debe ser testigo, no protagonista”, opinó y contó cómo vivió desde la tribuna el intento de golpe de estado o cómo cambió la forma de hacer crónica política con la llegada del PSOE al Gobierno o la Guerra del Golfo. Además, abogó por la honestidad, la independencia y, sobre todo, por “nunca tolerar la injusticia”.

También narró el cambio en el trato periodista-político. “Antes no había jefes de prensa, ni los partidos tenían argumentarios, no primaba la obediencia al partido como ahora”, explicó Preciado. No obstante, cree que es difícil que los políticos digan la verdad, “antes y ahora”.